...Que cuente cosas y no deje todo a la imaginación. El caso es que han sido tantas cosas, que el problema es no saber por donde empezar. ¿Cuál es el truco?... Aprendido hace unos años en la facultad, de las palabras de un sabio:
Siempre hay que ir de lo particular a lo general, avanzando poco a poco y
desentrañando un misterio.
Así que me lanzo de cabeza:
Mañana. La claridad se hace notar acariciando los párpados. El nudo de sábanas no protege del frío, pero reconforta al tenerlo ceñido sobre el cuerpo. La madera del suelo cruje al compás de los pasos de los que ya están despiertos. Sonido de tazas, agua correr... y una frase. Una frase que consigue levantar a una niña media dormida que está remoloneando en la cama. Una frase que ha conseguido despertar a esa niña durante años, sin importar lo temprano que fuera. Dos palabras que siempre surten el mismo efecto: Crujir de muelles, pelea contra las mantas, pies fríos sobre el frío suelo, carrera hacia una ventana, nariz contra el cristal, sonrisa en los labios. Y las consecuencias son siempre las mismas: el olor de café es mejor, las tostadas están más ricas, y el silencio, que todo lo abraza, llena los oídos de los que quieran escuchar.
Sigue siendo una frase mágica, aunque sea en otro idioma:
It's Snowing!
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